lunes, 5 de marzo de 2012

REENCUENTRO CON LA NIÑA INTERNA


Tenemos la idea que nuestra infancia pasó y se perdió en las viejas páginas de los cuentos de princesas, para no volver nunca más… Que nuestra adolescencia y juventud se terminaron con las telenovelas de la televisión… Solemos ver que sólo nos esperan en el futuro vejez, decadencia y muerte. Pareciera que todo fue pasado o será futuro, y esta creencia nos impide conectarnos con el presente… el presente es lo único que existe! Pensamos equivocadamente que la infancia terminó, cuando en realidad sigue en nuestro interior -junto con nuestros deseos y anhelos de juventud.

Es necesario conectarnos con la niña interior que está presente, protagonista de nuestra infancia, para observar cuáles son sus necesidades, carencias y las más profundas heridas que piden ser sanadas ahora. En estos tiempos de adultez, lo necesitamos para calmar dolores, para terminar los llantos que no fueron entendidos y que en el presente reaparecen ante situaciones difíciles de elaborar o nos detienen en el camino hacia la felicidad y bienestar.

Todas las mujeres estamos heridas por la vida porque somos más sensibles y vulnerables. Lo más terrible ha sucedido en los primeros años de la infancia!. En esa etapa de nuestras vidas predominan sensaciones y emociones junto al silencio, que muchas veces parecía ser un amigo invisible, pero en realidad era enemigo mortal…

La propuesta no es autocompasión, culpa o ira… La propuesta es abrazar a esa niña herida que todas llevamos en lo más profundo de nuestro ser; tomar el lugar de adultas amorosas y responsables que somos hoy; ir en su búsqueda para tomarla de la mano o para ofrecerle todo el amor del universo. Merece el sustento de la madre tierra y su abrigo, su protección que la cobija desde la esfera celeste, atemperando, suavizando el sufrimiento como caricia tierna.

Reencontrarnos con nuestra niña interna para cubrir todas las carencias, dejando de lado la necesidad del príncipe azul que con su beso nos despoje de los hechizos y conjuros de la malvada bruja.

Reencontrarnos con esa niña podrá ser para nosotras como convertirnos en hadas madrinas sanadoras, libertadoras de las heridas del tiempo. Así recuperaremos el poder mágico del amor, de la alegría, de la inocencia, de la belleza… o de la pureza que todas llevamos en nuestra esencia, simplemente por ser MUJERES